sábado, 21 de enero de 2012



Me he cerrado en tu abrazo para perderme.
Salgo a la calle con tus ojos
y me sorprende una calzada rosada.
Tus pasos me llevan,
mi andar altivo te delata
y en la sonrisa cantas para mí.
Mi amor es un murmullo
de inagotable garganta.
Con él te susurro al oído
o grito tu nombre
para que mi boca se lo trague.
Nada doy al mundo de ti,
nadie sabe quién soy,
quién eres.
Somos
y el olor
que desde mí ondula furioso,
rasgándose con el viento,
es ahora
tu olor.




(para K.)