miércoles, 3 de noviembre de 2010

Te amamos
y esta lucha invisible 
e implacable entre nosotros
es el resultado de encontrarnos en ti.
Vivimos robándonos momentos 
el uno al otro, sin darnos cuenta
y hasta compartimos 
bailando con tu risa, 
única tregua.
Yo entiendo que tu ceremoniosa distancia,
llena de vértices lúcidos y filosos,
me aleje.
De mí siempre manas
a causa de las piruetas suicidas 
y de todo el acontecimiento que llamamos querernos.
Reinas en la duda, 
en el grito silencioso
que desde mí
te reclama.