sábado, 21 de agosto de 2010

Desandar, Maritza Álvarez Vargas

Aquí,
en la espesura de una tarde
cargada de soles acuarelables
Así,
en un mismo cielo compartido
pero no en el mismo sitio
Aquí,
en una distancia ajena e indolente
respiro de este sol inconstante
que derrama sangre en sus matices
(la mía)
Así,
yo te espero y esperaré
mudando mi rostro
entre soles y luna llena
Veré, entonces, cambiar de ropaje a los árboles
florecer la higuera y caer las hojas del limonero
llover todas las lluvias de este cielo encaprichado
hasta que ,quizás, mi pecho se canse
mis manos entumezcan y busquen abrigo
y mi boca en un gesto entristecido
(tal vez)
pueda acusar recibo de que ya no vienes
ni vendrás (mi entendimiento se lo dirá)
y mis pasos entonces comenzarán
en pesado trabajo, a desandar las calles
a devolverse por el camino compartido alguna vez
Atestada de recuerdos y madreselvas
aromando las largas figuras de la noche
a mis espaldas, acechada de costumbres aprendidas 

retomaré la vida que estuve a punto de olvidar
esa que un día te entregué entera
sólo por pronunciar tu nombre
y respirar tu aroma, mirar con tus ojos
y abrigarme sólo de tus brazos amantes...



Maritza Álvarez Vargas

viernes, 20 de agosto de 2010

Inquietante sensación: mirar por la ventana del auto sin hacer énfasis en nada. Ahora que lo pienso, nuestras noches parecen estar vistas desde un auto en marcha. Todas, aún siendo instantes repletos de esta ternura cómplice que hemos construido, son vertiginosas, tienden siempre a tener implícita una advertencia.
Digo "noches" porque solo pude verte un día, del resto, todos nuestros encuentros se llevan a cabo en la cómoda oscuridad nocturna donde el sueño de los demás nos apaña, como tú bien lo sabes. 
A veces quisiera que los incisos entre esos encuentros pasaran de este modo. Encontrarme con tu sonrisa y tus ojos sin prestar atención a más nada que entre tú y tú exista.


P.
Correr descalzos sobre este blanco moteado causaría que todo se tintara de tu tostado color. Cada beso en tus pies quedaría plasmado como huella y ya nada en este sitio sería igual.
Convéncete, ven a mi. 
Todo en este lugar parece rogar que vengas, cada cosa en este sitio te recuerda como si se hubiera cruzado con tu dorado color y he pensado en la posibilidad de que todo lo que me rodea después de ti se ha ido acostumbrando a tenerte, a reflejarte en cada pequeño instante como el que está frente a tus ojos ahora.


P.


Así amanece. El cielo es un solo blanco de pies a cabeza debido al espesor de la neblina. De no ser por estos árboles que parecen escritos, todo el paisaje sería una gran hoja vacía y yo estaría aquí y allá escribiéndote poemas de amor.
Mis pies están fríos, como podrás intuirlo al ver esta fotografía que llegará hasta ti para hacerte saber cuanto quiero que me abraces. 
Deberíamos venir alguna vez juntos. Amanecería contigo, con tus ojos naciendo en el horizonte de mi almohada, mirándome. Y un solo blanco cobijaría nuestro abrazo.

P.
"El erotismo
es una de las bases del conocimiento
de uno mismo,
tan indispensable como la poesía"
Anaís Nin

... y vuelvo a recostarme silente a pensarte
y busco atravesar  paredes con mi deseo
y quiero llegar a ti cabalgando mis ganas
llamarte con el aire que golpea mi cuerpo desnudo
atarte con el nudo de mi olor...

jueves, 19 de agosto de 2010

Responso

Para saldar la deuda que mi silencio creó y ya que las circunstancias dejaron de existir, me dedico a escribirte este pequeño resumen de los hechos de la manera como más te gusta leerme.
Su voz apareció de la manera menos esperada. Llegó una tarde a mis oídos diciéndome que ya no más, que obviara mis palabras suyas, que recogiera mis poemas y todo ese mundo escrito que le regalé. Que era tiempo de ser amigos y que de modo contrario ya nada podría ser. Dijo muchas cosas, todas girando en torno a esa idea, todo lo que dijo parecía salir de uno de esos malos sueños donde también me hablaba, por lo visto, ellos eran premonición.
Se acabó mi espacio, ya no habrán nexos entre nosotros ni ninguna frase cómplice que nos haga perdernos en nuestro clandestino amor. Se apagó la sonrisa entre nosotros, la mirada tierna que evitaba que ese abrazo constante se rompiera.
Ahora soy el mejor amigo, el silencio, el oído siempre presto, la mudez en persona y yo no quiero ser. Ahora nada me permite abrazarle de ninguna forma posible. Ahora este retumbe de sus palabras en mis oídos hace que, inevitablemente, no pueda sino pensar en lo que ya no es. 

...a "M.", por sus dudas sobre lo ocurrido.

Posterior III

Dejarse significa,
en cierto sentido, 
olvidarse.
Cuando descuide mis horas, 
cuando me sienta desprendido 
del mundo aquel que parte de ti,
cuando vuelva a depender del aire
y de otros ciertos absurdos
podré fingir que existo,
podré inventar la fachada más creíble
de mi propia sustancia.

Posterior II

Pruebo,
trazo un línea invisible, divisoria
que permita estrecharme un momento con tu ausencia.
No sucumbo ante los espasmos
ni ante la noche extraña que me hace buscarte
en alguna señal,
en los posibles silencios,
en los recodos fragantes 
de algunos poemas que se cruzan instantáneos,
sucesivos a tu favor.

Retroceso

Tu infinidad es tal
que he comenzado a plegarla toda
poco a poco para no cansarme
para no desistir
amontonando, hacia este punto
cada mirada
cada sonrisa
cada debilidad que me delate
cada sueño
y asegurándome que, lentamente
todo regrese a su centro
a mi.

martes, 17 de agosto de 2010

Posterior I

Lloveré tu espacio 
a ver si así se asienta tu falta
remojaré las ganas 
con el llanto que mereces
con aquel que el orgullo oprime...

Inexistencias

Si existieras
serías solo un beso resquebrajado
en pedazos mil
pequeñas partes 
que me despeinan
me reconocen en la oscuridad.
Mi mnemotecnia incapaz te falla
insiste en traerte
no termina de comprender 
tu condición inexistente...

Marea





Me arrastran tus fuerzas de suave oleaje,
me inunda tu apetito a quemarropa,
tu frágil inexistencia
interminable vaivén.
Me ganas siempre,
me quedo inmóvil,
me enciendo todo
y te espero,
te vivo.

..a "M", persona repleta de una increíble sensibilidad, cómplice de musas...

viernes, 6 de agosto de 2010

Nocturnos

Tu vida, mi cigala, tu vida. Tu vida es un punto concluyente en mí. Tu vida no debe incluirme en su historia, ni debe darme un papel distinto al de espectador de este contexto en el que estamos. Incurro en ella por las circunstancias y son ellas las que me mantienen titilando y brillo, brillo cuando estás.
Tu vida no debe quererme ni debe permitirse tenerme, sin embargo, aquí estoy encendido, cruzando las distancias de esta prudencia oculta que entre nosotros existe. 
Aparenta no conocerme, mantente así, porque solo así puedo tenerte. Que nadie sepa que nuestros labios se conocen ni que mis ojos llevan plasmados los tuyos y la lujuria. Engañemos la razón de los otros y ocultemos ese preciso instante en que la luz de los autos deja ver tu silueta junto a mi, ese instante en que las estrellas tocan nuestros cuerpos desnudos.

De la primera toma

M:





Tú y yo parecemos una sinopsis, un resumen, un microrrelato en una macrohistoria que merece ser contada. Cuando rememoro todo lo que hasta ahora nos pertenece se hace necesario ubicarme en ningún sitio y volverme destiempo. Porque es inevitable no derrochar las horas y el sueño, no quedarme en blanco, no olvidar todo ese mar de gente que duerme mientras nos amamos. Siendo así, nuestra representación sería siempre nocturna, porque tú y yo también somos noche. Brillaría en tus labios la tenue luz de ese punto oscuro, mancharía mi boca con el trigo de tus cabellos queriendo siempre desafiar el orden de las cosas. Cuando te desnudaras, acudirías siempre a la opción de pasear alguna caricia por tu reparado hombro y te detendrías algunos segundos en la cicatriz que besé aquella vez. Y finalmente en la soledad, frente al espejo, imaginarías que soy tus manos y sonreirías radiante mostrando la hendidura entre tus dientes que tanto amo.





P.

lunes, 2 de agosto de 2010

VI

Me descuido. 
Las tardes llueven 

y yo me descuido en un simple caminar, 
en el desagradable y dulce sabor de un café, 
en la brisa fría de la tarde, 
en algún sitio asfixiante y concurrido. 
Me resguardo en la noche que es negra, 
que oscurece todo a su alrededor 
y soy naranja, 
soy parte del alumbrado público 
goteante de tanto llover. 
Giro la vista y allí estás 
en un fondo amarillo y luego azul, 
en un fondo de muchos colores 
que pasan intermitentes detrás de ti. 
Despierto y me desconozco.
Vuelvo a despertarme en muchas ocasiones, 
como desarmando un sueño largo, 
encadenado y envuelto por otros sueños. 
Ahora mido en centímetros nuestra distancia 
y transformo el tiempo en estas cuantas letras 
que tratan de narrarte en mi
enumerando lo que tengo entre mis manos. 
Sé que de alguna manera me mantengo en ti, te tengo.
Tú me transpiras con tu apresurado paso, 
tú me desprendes con el aire que te golpea en el camino, 
tú me nombras con cada palabra que de tu boca sale, 
lo sé.

V

Debo decirte,
verte es el sueño 
(evidentemente peligroso)

y oírte,

la cómoda posibilidad de tu cercanía.


Porque debes estar lejos.


Es la distancia, entonces
clara sensatez de tenerte
así ruede piedra frente a tus pies amados
así fracase en hallar la forma de adherirme a tu cuerpo 
azul esquivo 
(que tu y yo sabemos, debe estar distante)
y te tomo y nada
y me desgasto y vuelvo
esperando estés 
aunque aquí estás
sólo que siendo noche.

IV

Mi deseo llueve y empapa
pero puede que escampe...
si por algún motivo aclaro

o me transformo en una especie velada
de esas transparentes
y me voy en el viento como entregado
no es nada
solo callo.

III

Yo,
solo soy 
una mirada implacable 

que anda
que fulmina
que desvanece
todo lo a que su paso no sea usted

II






Muy acorde con tus vértices
se hayan mis comisuras 


aguardándote, 




refugio intacto




escondiéndote,




siempre guarida...

I

Tiendo a ser susceptible ante algunas situaciones
ante angustiantes climas fríos
y ante mi amor por ti


razones obvias

y suelo desgastarme poco a poco
como se desgasta el tiempo para nosotros

y suelo paralizarme siempre
y temo

Línea

De rayas viste el mundo
y la gente
no son sino líneas que se dibujan y mueven
que se dibujan y mueven a diario
con los edificios, 
la oscura recta partida en dos,
la opción de caminar la acera para pensarte
las rejas presidiarias 
y yo,
todo va trazado a pesar de la noche que oculta,
todo espera que el contorno de tu imagen
lo reemplace.

Segunda misiva

La brisa toca tu rostro cada vez, 
me deja escuchar el fuerte soplo viajero al fondo
y pienso que así debería golpearnos el viento si algún día presenciamos juntos el mar. 
Tu cuerpo es a diario mi viaje 
siempre me hospedo en ese instante – luz que lo lejano guarda en tus ojos
yo sé que allí me piensas
sé que esa gota iluminada de querencias soy yo. 
Tu mirada resiste las fuerzas
me encuentra perenne en esa vía que recorres. 
Tal vez, abrir la ventana, sea una manera más de sentirme, 
de que mis manos te toquen, ligeras, subterráneas, 
levitando tu deseo hasta esparcirlo. 
El camino habla por mí, 
va seduciéndote a contrarreloj con sus mojadas orillas, 
sus encrespados relieves, 
su sol naranja y curvo, regente. 
Llévame siempre, 
detente en cada indecisión, 
en cada encrucijada que encuentres,
toma siempre el camino incorrecto hasta arribarme 
o sueña hacerlo, yo aguardo.