Tu voz discurre los surcos
donde la posibilidad se filtra
y mi voz
es la canción ajena
que quiere seguirte a diario.
El silencio
es el espacio donde vives,
un sueño brujo que te tiene y no te suelta
unas cuantas palabras dichas
en un no - tiempo
por otros.
Pero nos encontramos,
hay un punto justo donde nos encontramos
hay una silueta difusa que nos refugia
en un azar que nos vive a cuestas
y, entonces, la vida
se disuelve escuchándote
viendo naranjas celestes
y escribiendo poemas que te tocan.