Soy injusto
me alimento de lápices de color
y le temo a las alturas no espaciales.
Me atemorizan las palabras
a pesar de mis dos dedos de frente.
Ruego que nadie me crea,
pido que alguien me ame.
Eso es todo
y resulta curioso que
- aunque dicen que a mi paso
se perfuman con agradable semblante,
que sonrío y destrozo vidas,
que me callo y todo es indiferencia -
realmente, nada pasa.
Mi única cualidad,
no muy lejana de lo común,
es que destruyo mundos entre mis manos hambrientas
mundos en blanco.